sábado, 28 de julio de 2012

En Mi Lugar…

Los fuegos artificiales iluminan el cielo, todos pensábamos que no existirían, son pasadas las 00 horas del día en que un país lejano (en el cual habitamos) celebra sus días de independencia. Los días previos lucíamos muy entusiasmados por estar en esa celebración en la que comeríamos, bailaríamos, beberíamos, nos embriagaríamos, y quizá… nos besaríamos; días antes las luces del apartamento en cual vivía estaban recién instaladas, nunca antes (literalmente hablando), había tanta luminosidad en mi Vida como días antes. La semana previa habíamos comido y bebido demasiado vino, las metas de bajar de peso ya casi era un objetivo común; al regreso del viaje al norte tenia claramente fijada la meta en no descuidar el hacer deporte, es parte de mi vida, una rutina perfecta… Horas antes de esta decisión viví la experiencia mas dolorosa en lo que va del año, de mi existencia al 50% y de las cosa que usualmente pueden afectarme esta fue casi mortal, estocada dolorosa, no había llorado tanto en meses por alguien y es, estoy segurísimo, el momento en el cual su corazón y el mío sincronizaron y ya nunca mas nos olvidaríamos…

Días antes mi vida era casi perfecta: levantarme muy temprano, ir al trabajo, salir cansado, feliz; dormir muchas horas, salir a comer lo que se me antoje, noches de cine, jugar vóley, reír un rato, maquinar encuentros perversos, dormitar los lunes con mi querido amigo hasta muy tarde y ver series que nunca conocimos su final, cuidar vidas, viajar al sur, dormitar otro poco, salir a beber y bailar con los amigos de siempre, sentarme a oír los lamentos interminables de mi intima amiga y sus decepciones de falta de armonía en su trabajo, llamadas a casa, comprar ropa, beber jugos, mirar vitrinas, soñar con muchos bonsay que florezcan en primavera, cultivar plantas, planear terminar la cocina (que hasta ahora no tengo), colocar luminarias en mi departamento, pagar los recibos, almorzar con mi intimo amigo y oír sus parrandas, postear innumerables frases y fotos de paz extrema y claridad absoluta que jamás conocí, viajar otro poco, soñar, desear, meditar, reírme de mi mismo, darle espacio en mi mente a una mujer antipática que se cree dueña del mundo y me quiere echar del club por decirle solo 1 verdad. Perfecto, casi todo perfecto.

Días antes los rumores sobre mi sexualidad nunca antes habían sido puesto tan en duda, y francamente para lo que me importa, solo necesito hacer lo que mejor se hacer: ser yo mismo, siempre y dejar llevarme por mi intuición, que es superior a la razón, pero en esta encarnación, he aprendido que la razón se cree dueña del mundo y yo me rio cuando lo real es que no es para nada así…

Días antes había sido marzo, había sido un “amor pendejo”, es ridícula la forma en que nos conocimos, pues lo que vino luego fue mas risible aún: casi nos enamoramos!, este pendejo amor no contaba con la presencia de mi intuición y que bien temprano me entere de las llamadas a media noche hechas, por cierto, a distintos destinatarios y con sublimes mensajes de amor jajá…

El verano me resulto fabuloso, viaje muy al sur y me sumergí en playas alucinantes, nunca tomo fotos de mis momentos mas felices, no es mi costumbre, siento que la felicidad es para vivirla plenamente, tanto como el amor y los recuerdos, son inmortales, no las necesito, lo que si necesito es mi memoria clara de las cosas que vivo, de cada momento en que conquisto mi libertad y descubro las imperfecciones de los seres que me rodean, tantas imperfecciones, tantas como las mías.

Días antes no había fuegos artificiales, no había invitaciones de almuerzos riquísimos, no había detalles como los que se supieron dar, días antes no había experimentado la indiferencia y el aparentar, aunque actúe de manera distinta y aparente algunas veces cosas que no soy, el revés siempre es doloroso… Cómo podría ocultar el afecto? no lo sé, quizá creo yo, como ocultar el sol para que no ingrese a la habitación, oscuro por dentro aunque por fuera este luminoso, no?

Pasa algo? no, no pasa nada, simplemente es que tomaron el taxi, lo dejaron casi solo en una avenida sin nombre y sin amor, minutos antes bajó en la esquina del sendero que conduce a casa con la incertidumbre del mañana, de como podrá conciliar el sueño, de como evitar no ver la figura de paz que caminaba descalzo por mi vida, de como sonreír embriagado de tanto vino y tanta vida, de los 80 km/hr de aire que golpeaban mi rostro, finalmente olvidar la curiosidad por saber el secreto deseo que yace bajo la pérgola e frente al mar y de entender un poco, porque las luces de hoy no brillaron tanto,

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