lunes, 28 de febrero de 2011

Asuntos Personales...


Ríos de Amor

"Hay un túnel que lleva a los ríos de Amor, sus costados te harán sangrar hasta que estés blanco como una paloma, no te molestes en traer todo el equipaje al que te aferras, el portero te liberará de el antes que entres... "

Diciembre 17: Un día simple, medio tibio, un poco de aire cálido proveniente del mar que esta a solo 2 cuadras de mi departamento. Cerca a la botica, de la cual es dueña una viejecita bastante buena que me orienta sobre las pastillas adecuadas para la gripe fatal que me agrede los primeros días, inicios del verano; como era costumbre luego de terminar oyendo entusiasmado los cuentos de su infancia la viejecita gira y atiende al muchacho con sonrisa encantadora que se acerco por una botella de agua. Él es bastante cortés, tiene como veintialgo, me sonríe y comenta que el clima esta estupendo, yo que ando destilando cantidades enormes de agua por la nariz muy avergonzado le respondo asintiendo con la que cabeza, que sí.
No recuerdo la charla que nos unió esa tarde, es decir, nos unió en una conversación muy divertida, pero si recuerdo su sonrisa encantadora, y es que realmente ¡lo es!; tiempo después coincidimos un par de veces en el supermercado, el ama los colores chillones en sus polos que su madre le compra, sutilmente volteo y me digo a mi mismo que le quedan pésimos, pero se hacen fantásticamente brillantes cuando su amplia sonrisa lo convierte en un mágico arco iris. Aquella vez en el súper nos buscamos mutuamente, lo noté por las tantas veces que coincidíamos al comprar algunas cosas, esta vez yo le sonrío y le digo que: "el día esta fantástico" y así, el también lo cree.
Camino a casa me comenta sobre su linda enamorada con la que ya llevan algunos años, supongo que es linda, porque él también lo es, me dice que ella será la madre de su hijo, yo le digo que por que tener solo un hijo, que debería tener dos, y ¡es más! que uno debería llamarse como yo, por que mi nombre no es común y es fuerte y que eso lo haría un niño fuerte; el ríe, dice que dos es mucho, que uno come bastante, caga bastante y que imagine ¡si fueran dos!, esa tarde reímos mucho...
Cerca de la navidad coincidimos en el café de cerca a casa, a mi no me gusta el café, pero esa tarde amarga me impulsó no se como a beber ese horrible trago que mis amigas toman con tanto ímpetu. Él estaba allí, sentado y comiendo galletitas con pasas y un café raro como su sonrisa, me acerqué, pedí permiso para hacerle compañía y asintió, conversamos mucho, de mi trabajo, mis amarguras, mis días grises y negros, de lo mal que me pudo ir si seguía en el error de la tarde amarga, y es que tiene una facilidad para aliviarme el alma, el café no me supo tan amargo, el día amargo termino dulce y mágico como su sonrisa...
Los días cercanos a las celebraciones por fin de año llegaban, yo pensaba viajar lo mas lejos que podía, detesto los cohetecillos, los abrazos fingidos, las copas sonando, la tonta idea de vestir algo amarillo, las cábalas unas mas ridículas que otras, armo mi equipaje y casi listo y medio feliz recibo la llamada del chico con la sonrisa encantadora, suena asustado, triste y preocupado, pide verme y conversar, no tengo ningún reparo, lo invito a casa, pasados casi 25 minutos esta en medio de la pista yo desde mi amplia ventana puedo notar su mágica sonrisa casi apagada, entra y platicamos. Resulta que su linda chica le había ocasionado una peleilla tonta y el estaba fastidiado, no era (honestamente hablando) un tema importante, así que luego de disipar sus preocupaciones y dolor leve reímos un rato.
Me pregunta si me iré, le respondo que sí, me dice si está interrumpiendo y robándome el tiempo, yo le digo que no es así; me sonríe y yo soy feliz, me dice si puede quedarse un rato mas conmigo, yo le digo que si, él revisa mis historia musical en la pc y pone una cursi canción, yo soy feliz, explora y yo sigo armando maletas, de pronto se detiene mi respiración, percibo su aliento quemándome la nuca, volteo asustado y rosa mis labios con los suyos, yo no sé que hacer, mi mente esta en blanco y lo estoy besando, me abraza, yo me asusto, minutos incontables...

La puerta, entrada de mi departamento es gris, el piso es claro, el mármol luce pálido en el verano, en invierno las paredes congelan y hacen tiritar de frío, puedo ver el atardecer rosado cada tarde, sea verano, sea invierno, al despertar las aves del parque cantan suave, mi conciencia esta libre si camino descalso las tardes en el parque de la vuelta, juego con los perros de los vecinos, el gato que visita mi patio me hace feliz. Deje mis maletas por él, no fui de viaje pero mis pensamientos viajaban y volaban como las gaviotas que acechan la orilla del mar, me siento tan extraño y sumergido, mis sentimientos fuyen en un río , entiendo los días y las canciones con melodías extrañas, mi equipaje lo dejé en un rincón de mi habitación, no fui rehén del tiempo, libre ingresé a ríos de amor...


"...por cuanto tiempo has esperado? por cuanto... ¿hasta que te ahogues?"

Dos semanas no lo vi, cuando el sol en la capital ya comienza a ahogar yo me siento feliz, puedo usar ropa corta y casi caminar (si deseo) descalzo por las calles, no uso interiores y siempre llevo puesta una ropa de baño, busco huir de manera loca a la playa cercana, y tenderme fascinado sobre la arena blanca boca abajo respirando lento y feliz.
Llegando a casa el chico de sonrisa amplia me espera, a mi me sorprende su actitud, luce emocionado al verme, sube a mi cuarto, se tiende en mi cama y me espera desnudo, yo no tengo ganas de abrazarlo, mi piel esta sensible, tengo demasiado calor, pero su insistencia me domina y pierdo conciencia de mi cordura, me besa como nunca, me pregunta que tal pase el día en la playa, le digo que bien, que los días del verano me tienen loco, el sonríe y es feliz. Le cuento que me gustaría llevarlo a una playa lejana, un lugar al sur de la capital, he ido de niño cada año y la deslumbrante playita es extraordinariamente hermosa, el se emociona y dice que irá conmigo, y yo me siento feliz. Nos quedamos dormidos...
Pasaron casi 3 horas, mi piel luce zanahoria con la luz del sol brillando y terminado de quemar lo blanco que pude quedar el está en pie y me mira, de rodillas toma mis manos y su sonrisa no es la misma, me dice que su chica volvió con el, que me ama, que me quiere mucho, que le gusto pero que tiene miedo y debe alejarse, yo no sé que decir, me comenta que una tarde conoció un chico lindo de cerca a casa y que vivió el sexo casual con el, que es un niño hermoso. Yo no entiendo, le digo que no entiendo, el me dice que si entiendo…

Hace años viaje con mi hermana a una playa horrible allá en el sur, estábamos con mis primos y las olas estaba feas, terribles, mi hermana siempre fue valiente, y así como a mi me vuelven loco las olas, ella sin chistar decidió sumergirse en lo profundo, de pronto no la vi, de pronto la vi y gritaba, de pronto no la vi, las olas la atraparon, yo estaba desesperado, no sabía que hacer, sabía nadar perfectamente pero mi mente naufrago; de pronto en mi interior una voz grito y rompió mi quietud, fui corriendo tratando de alcanzarla nade una ola, otra ola, mil olas, mi cuerpo daba vueltas, sumergido en el fondo del mar no sabia donde era arriba, cual era abajo, lloraba, no podía respirar, la misma voz que rompió mi quietud me lanzo a la superficie, tome a mi hermana de la mano y llorando caímos tendidos en la arena... aquel día odie el mar, lo odie mucho, pero no me ahogué.

Y dice: “Yo no puedo querer a nadie, tengo pensado volver con mi chica, y seguir viendo a otros chicos, no entiendo mi vida y mientras la entienda quiero ver a otros chicos, yo no estoy preparado para querer a alguien, como te estoy queriendo a ti, no quiero verte seguido, quiero verte tiempo después, yo no puedo amar a un chico, quiero tener mis hijos y ser feliz...”. Camina, se viste, se sienta al borde de la cama, toma sus sienes y respira profundo, se levanta da vueltas como aquella olas que no me dejaban ver la luz, así lo siento. Se sienta, bebe agua, toma su cintura, no sonríe, camina, se calza, se viste el polo, me dice que se va, abre la puerta, la cierra, se sienta, yo tendido en la cama, se tiende encima mío toma mi labios, me besa apasionadamente y me dice: "me gustas y te quiero mucho", sigue dando vueltas, no ve la luz.


"...buscando ese único amor, ese que soñamos, ese que pueda estar contigo cada día..."

Mi vida tiene un sendero, entiendo mis pensamientos, mis sueños son frescos y firmes, sé lo que quiero y tengo claro lo que no quiero, ni malo, ni bueno, esto es correcto, esto no lo es.
El día que dejé de verlo, me dijo que mi vida estaba hecha, la suya no, que mis sueños eran claros, los suyos no, no se cuanto de esto es verdad, si no lo es.
Cuando estuve a punto de morir atrapado en las olas, mi interior me salvo, pude entender el valor de las lagrimas y de la compañía humana, del amor y la fuerza, nunca más apague mi voz, por eso ahora, muy pocas cosas me ahogan, sueño con un chico libre, de sonrisa amplia, único, talentoso, pacífico y humano. Cada día y cada tarde, tengo la certeza que el amor es único, como único soy yo, no puedo morir ahogado sin darle pelea al mar, como no podría morir de amor sin darle pelea y oír mi voz interior.

Abro la puerta, el se toma la cabeza no me mira a los ojos, busca el sendero que lo lleva a la Vida, sale y respira, me mira, se que me quiere pero no lo puede entender, quiere besarme y da vueltas, gira, se ahoga, yo sonrío, lo veo con ternura y comprensión, se va, regresa, va y regresa, me mira, se va, luego regresa, corre y se va...

"La oscuridad se corrige, es fácil sonreír al final... y todo se reduce a... dejarlo todo atrás".

Rivers Of Love - Sarah Mclanchlan de LAWS OF ILLUSION